viernes, 9 de diciembre de 2022

 

Intruso Nocturno.

Microrrelato

Con tan solo 10 años de edad presencié un acto violento de maltrato a mi madre. 

Lo he llevado el resto de mi vida conmigo.

Eso me convirtió en una persona cobarde, retraída y temerosa de todo.

Confieso que no lo vi venir. Llegó, nunca mejor dicho, como ladrón en la noche. Creí morir de miedo.

Para entonces ya tenía 44 años. Los ruidos nocturnos en la cerradura de la puerta de casa me dejaron paralizado. Respiraba con dificultad, un sudor frío recorría mi cuerpo. Tembloroso me acerqué a la puerta.

Con su chirriar característico, la puerta se fue abriendo lentamente. Una persona encapuchada ante mí con un cuchillo amenazador en la mano.

No sé cómo pude, pero mientras me abalanzaba sobre el intruso nocturno, tan solo veía a mi padre agrediendo a mi madre aquella calurosa tarde de junio.

Tras un largo forcejeo logré reducirlo en el suelo.

Me vinieron muchos pensamientos de lo que no pude hacer ni decir con tan solo 10 años. Era como si el destino me hubiera dado una segunda oportunidad de poner fin a las afrentas de mi padre a mi mamá.

Sentí como si hubiera nacido de nuevo, sin miedos, sin temores, sin agachar la cabeza, libre al fin.

Después de más de 30 años, logré vencer a los fantasmas del pasado, y, en cierto modo fue como liberar a mamá del yugo de mi padre.

Pongamos fin a la violencia machista con todas nuestras fuerzas y con todos los recursos a nuestro alcance, tengamos la edad que tengamos. No permitamos nunca la barbaridad sobre la mujer tan solo por el hecho de ser mujer

No hay comentarios:

Publicar un comentario