domingo, 19 de febrero de 2023

AHORA VIVIRÉ EN EL MAR

Que mala costumbre tiene a veces la vida. Obstinándose en llevarnos por caminos que ya hemos recorrido, o por otros que no deseamos recorrer.

A veces deseamos con todo nuestro intelecto llegar a tal o cual destino. Sabemos que la ruta a seguir no será fácil, pero con la ilusión y el empeño, vencemos cualquier inconveniente que se nos presente, por difícil que sea. Especialmente cuando somos jóvenes.

En ese camino que emprendemos hacia nuestras metas; el destino o la fortuna, suele gastarnos bromas pesadas, que hace que nos cuestionemos, si con nuestras capacidades, seremos aptos para alcanzar el objetivo.

Mientras eso ocurre, la vida avanza imparable. Los años pasan y no vemos la forma de conseguir aquello que anhelamos. De tal modo que nuestro objetivo a veces se disipa entre la densa niebla de todo lo que nos acecha cada día.

Quizás tengamos un error de concepto y la juventud no sea un período de la vida; puede que la juventud sea un estado de espíritu, un efecto de la voluntad, una cualidad de la imaginación, una intensidad emotiva, una victoria del valor sobre la timidez, del gusto de la aventura sobre el amor al confort.

El paso del tiempo nos revela otro “yo” muy diferente por fuera, pero idéntico por dentro. Que insensato el trato a la madurez, por una sociedad que descarta, humilla y abusa, sin percatarse que la esencia del ser que ahora muestra arrugas y algunas canas, es exactamente el mismo que fue, con sus objetivos y sus metas por cumplir, o cumplidas solo en parte.

Pacto de silencio de algunos para aquellos que, han dado mucho de si en el correr del tiempo y ahora les hacéis invisibles.

Estupidez del ser, que al ser joven no se da cuenta que la meta final es la misma.

Si fueras mujer y estuvieras a mi lado, quisiera que te nombre fuese Mar.

El mar no tiene caminos, el mar no tiene explicaciones.

Como diría Ernesto Guevara, para mí fue siempre el mar un confidente, un amigo que absorbe todo lo que le cuentan sin revelar jamás el secreto confiado y que da el mejor de los consejos: un ruido cuyo significado cada uno interpreta como puede.

Si fueras mujer y estuvieras al lado de mis circunstancias, serías MAR por los cuatro costados y yo barca a la deriva navegando hacia ninguna parte por tus aguas de miel.

En el mar la vida es diferente. No está hecha de horas, sino de momentos. Se vive según las corrientes, las mareas, siguiendo el sol.


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