jueves, 16 de febrero de 2023

 LA MEDIOCRIDAD NOS INVADE

Hay miles de personas que tienen tanto mérito, que cuando pienso en ello, me veo aún más pequeño e insignificante de lo que me observo habitualmente.

Me producen una sana envidia quienes son capaces de tocar un instrumento musical sin necesidad de ser virtuosos de la música, los que escriben prosa o poesía me fascinan, me maravilla leer unas rimas mientras pienso, ¿por qué no se me han ocurrido a mí?

Hay tanta creatividad oculta en el mundo que es difícil seleccionar cualquier obra de arte sin temor a equivocarte. La tecnología nos deja viajar a cualquier rincón del mundo, leer entre líneas una obra de arte sin repercusión de masas, quedarte absorto ante una pintura o una fotografía asombrosa.

Finalmente estoy empezando a pensar que solo los mediocres nos atrevemos a escribir unas letras y transformarlas en un podcast. Podcast que luego publicamos en la red, con la intención de que a alguien le guste lo que oye.

Por mi parte, no tengo confianza alguna en lo que hago. Simplemente en este momento de mi vida, hay algo que me empuja a contaros mis cuitas y aventuras. Sé que soy un inconsciente y sobre todo estoy seguro de que algunas de las personas que se animan a oír mis podcasts, podrían hacerlo muchísimo mejor que yo.

Por eso hoy, quería dedicar este espacio, a quienes valiendo infinitamente más que yo hagan el esfuerzo de trasladarnos sus experiencias, sus pensamientos, sus preocupaciones. Que no reserven para sí todo ese potencial, y compartan con todos nosotros su calidad humana y artística.

No hacerlo sería un dislate ya que nos daría mucho más protagonismo a los mediocres como yo, que tan solo queremos crecer y aprender de los que saben.

 Mientras tanto, desde mi mediocridad y con mis pocos recursos, seguiré intentando poner en orden mis pensamientos, mis experiencias y mis fantasías y compartirlas con vosotros, albergando la esperanza de que, con ello, podáis pasar un rato despejado de tormentas de noticias que asolan el mundo en los últimos tiempos.

Como diría Gibran, quisiera protegerme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.

Intento en mis podcasts, hablar para adultos como si fueseis niños, es decir, tener que hacer las cuentas con poca certeza y muchas incertidumbres.

Lo que nos salva, es no perder el lenguaje de la maravilla que perdura.

“Es como si durante el crecimiento perdiéramos la capacidad de dejarnos sorprender por el mundo.”

 

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