lunes, 1 de diciembre de 2025

LA DIFERENCIA ENTRE SABER Y CONSTATAR

La diferencia entre saber que nos están mintiendo y constatar la mentira, la traición o el agravio, es esencial para entender la complejidad de la comunicación humana y la confianza en las relaciones interpersonales. Saber que nos mienten implica tener un sentido de desconfianza o duda sobre la veracidad de la información que se nos está proporcionando, mientras que constatar la mentira implica confirmar de manera activa y con pruebas la falta de veracidad en lo que se nos ha dicho o hecho.

Cuando sabemos que nos están mintiendo, a menudo estamos interpretando señales no verbales, inconsistencias en la narrativa o patrones de comportamiento que sugieren engaño. Este conocimiento puede basarse en la intuición, la experiencia pasada o la observación aguda, en comentarios ajenos. Sin embargo, el simple hecho de sospechar una mentira no proporciona evidencia concreta de la falsedad de la afirmación.

Por otro lado, constatar la mentira o el agravio, implica buscar pruebas tangibles que respalden o refuten la veracidad de la información. Esto puede implicar investigar más a fondo, recopilar datos adicionales, confrontar al individuo que miente o corroborar a través de  fuentes externas. La constatación va más allá de la intuición y busca validar de manera activa la realidad de la situación.

Un ejemplo común de saber que nos están mintiendo es cuando percibimos signos de evasión, nerviosismo o falta de coherencia en la comunicación de otra persona. Podemos notar cambios en el tono de voz, movimientos corporales inusuales o la falta de contacto visual. Estas señales pueden activar nuestras alarmas intuitivas y hacernos sospechar de la veracidad de la información que estamos recibiendo.

Sin embargo, constatar la mentira implica reunir pruebas que respalden nuestras sospechas. Esto podría implicar verificar hechos con otras fuentes, revisar registros o comunicarse directamente con personas relacionadas con la situación. La constatación nos brinda una base más sólida para tomar decisiones informadas y abordar la situación de manera efectiva.

La diferencia entre saber que nos mienten y constatar la mentira es especialmente relevante en situaciones en las que la confianza está en juego, como en relaciones personales o profesionales. La constatación de una mentira puede ser crucial para tomar decisiones informadas sobre la continuidad de una amistad, una asociación comercial o incluso en cuestiones legales.

Es importante destacar que, en algunos casos, constatar la mentira puede no ser posible debido a la falta de evidencia concreta o a la habilidad del mentiroso para encubrir sus engaños. En estas situaciones, la capacidad de discernir la verdad puede depender en gran medida de la confianza en la relación o en la evaluación de patrones de comportamiento a lo largo del tiempo.

Saber que nos están mintiendo implica una sensación de desconfianza basada en señales y percepciones, comentarios, etc. Saber que nos mienten, siempre deja una duda abierta al reencuentro.

Constatar la mentira implica validar activamente la falta de veracidad mediante la búsqueda de pruebas concretas. La constatación no deja duda alguna, es definitiva. Ante la constatación de una mentira o traición, siempre hay una toma de decisión definitiva. No obstante, como decía Ciorán, no hacemos otra cosa, que constatar lo que ya sabíamos. Y que la mentira y la traición tienen poco recorrido.

Si lo deseas, puedes escucharlo en audio: https://youtu.be/bLUISwCRq2E  

 

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